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A muchos de nosotros el trabajo nos ocupa la mayor parte de las horas del día, como consecuencia, nuestra vida personal se ve afectada

Todas aquellas cuestiones a las que deberíamos atender en nuestro tiempo libre, se ven desplazadas por nuestro día a día.

El desequilibrio que se produce en nuestra vida es tal, que incluso nuestra salud puede verse dañada. Problemas como el estrés, depresiones, o incluso el síndrome del desgaste son enfermedades que podemos llegar a sufrir si no sabemos gestionar de manera adecuada la compatibilidad laboral y personal.

En CEAC empleo os trasladamos algunos consejos para que podáis encontrar un equilibrio entre las dos vidas en las que nos movemos.

Comienza a priorizar

  • Aprender a decir “no” es una cuestión que en muchos momentos nos resulta de gran dificultad y que no nos atrevemos a decir. En ocasiones, nuestros jefes o algún componente del equipo de trabajo nos delegan tareas en momentos en los que nuestra carga de trabajo es superior a lo que podemos asumir en esos momentos. No te sientas culpable ni mal trabajador/a por decir que no. El llevar una carga superior hará que tu rendimiento se vea reducido y tu nivel de estrés aumente.
  • Respetar los horarios laborales es de gran importancia para la cuestión que estamos tratando. Entender que estar disponible las 24 horas del día no te hace mejor trabajador ni más eficiente. Al contrario, esto acabará mermando tus capacidades como trabajador. Una vez terminada tu jornada laboral, desconectar de llamadas y correos relacionados con el trabajo hará que puedas dedicarles más tiempo a cuestiones personales.
  • Organizarse es una de las mejores acciones que podemos realizar para que nuestro tiempo en el trabajo cunda. En muchas ocasiones, ocurre que debido a una mala gestión de nuestro tiempo, el estrés se apodera de nosotros y esto hace que el rendimiento en las tareas que realizamos se vea afectado.

Desde CEAC empleo os animamos a que pongáis en práctica todos estos consejos y a darle en muchas ocasiones la prioridad que se merece a nuestra vida personal. 

En estos tiempos en los que estar “conectado” es obligatorio…¡desconectar es necesario!